martes, 10 de diciembre de 2013

Mi propio IRONMAN

Estar en pareja es un trabajo y como en todo trabajo, hay cosas buenas y cosas no tan buenas y como en todo trabajo, también hay una recompensa. La clave del éxito de una pareja esta en la mente, justo como en un IRONMAN.

Jamás hice un IRONMAN, por lo que si alguien que vivió la experiencia quiere contar su visión, adelante. Desde mis zapatos, por los cientos de videos de competencias que he visto y por las que he presenciado puedo decir con seguridad que las personas que no son capaces de controlar su mente, de darle ordenes y de calmarla, no terminan la competencia.
Como en las relaciones, hacer un IRONMAN Consta de varias etapas.

Etapa 1: La Previa.
Antes de empezar la competencia te sentís nervioso, preparas todo con lujos y detalles y repasas check lists para que no se te escape ningún detalle. Sos precavido para no dar un paso en falso y que todo salga mal. Estas nervioso, ansioso pero contento y emocionado. La competencia pasa a ser tu prioridad por sobre todas las cosas.
Llega el día esperado, sabes que todo va a salir bien  por que controlas tu mente, te auto-motivas, auto-tranquilizas, auto-TODO para estar lo mas calmo posible, aunque en el fondo dudas por que sabes que no todo depende de nosotros, que hay cosas que no controlamos...dormimos poco, nos desvelamos pero ahi estamos... rezando, esperando, ilusionando.
Todo eso sentí durante nuestro viaje a Acapulco con Juan en donde empezamos formalmente a estar juntos. Ya habían pasado como 4 años desde la última propuesta de noviazgo que recibí y estaba nerviosa, por que sabía que iba a pasar. Fuimos a cenar y ya no sabía que tema sacar para “patear” la situación que sabía que iba a llegar…no por que no quería que llegue, claro que quería…si no por la mezcla sentimental de la que hablo arriba. Me mostré tranquila, pero mi mente iba a mil… ¿De verdad voy a ponerme de novia con un Mexicano? ¿Y si quiero volver a Buenos Aires? ¿Se lo digo?...etc, etc, etc.  

Etapa 2: Nado
Se escucha el cañón, te tiemblan las piernas, te desconcentras por un segundo por la adrenalina que te invade, miedo. Ya estas, no podes escaparte, no podes mas que avanzar. Y lo haces. Con miedo pero con entusiasmo y  mucha energía...así como empiezan las relaciones... cuando todo es emoción.  Acá si, no hay mente, no hay cuerpo, solo emoción. Vas a tu ritmo, tranquilo y sin pensar...pero vas. Todo esta bien, todo es normal. Es el principio, y estás tranquilo.
Salís del agua y es cuando todo empieza a sentirse real y cuando volves a dudar y tu cabeza vuelve a llenarse de preguntas ¿Podré terminarlo? Voy bien, espero no me de un calambre, ¿Me alcanzará la comida? Espero no haya viento…
Al principio de una relación (mis experiencias) todo es emoción, justo como cuando empezas un IRONMAN, empezas a construir una base sólida a base de amor: emoción, emoción, emoción. Los primeros meses tu relación empieza a sentirse real y es cuando también empezas a preguntarte todo: ¿será el hombre de mi vida? ¿Podría ser el padre de mis hijos? ¿tolerare esto o aquello toda la vida?...

Etapa 3: La Bici.
La mayoría llega a esta instancia, la parte más larga, donde empezas a dudar de si podrás lograrlo. Le pones garra y pedaleas, y seguís pedaleando y frenas y volves a pedalear. Y otra vez tu mente te pone a prueba. Y otra vez dudas. Las piedras del camino cada vez son más grandes y más molestas, y lo que antes veías como un tope ahora lo vez como una colina y sabes que después va a convertirse en una montaña...otra vez controlas tu mente y pensas ¿estoy dispuesto a seguir? ¿Voy a soportarlo toda la competencia? Pero esta vez no es tu mente la que responde, es tu corazón.  Entonces sonreís, y seguís.

Mismo una relación, cuando pasas a la siguiente etapa: la convivencia. Etapa en donde empieza a sentirse la rutina, en donde ves el resto de tu vida todos los días, en donde aprendes cosas tuyas que ni siquiera sabías o te imaginabas, donde empezas a darte una idea mas sólida de si es o no es. Y como en la bici, llega la primera crisis fuerte… ¿Toda la vida? Entonces apretas los dientes, cerras los puños y miras para adelante...y vas, y controlas tu mente, y alejas tus emociones para dar lugar a la razón, por que no podes equivocarte…es el resto de tu vida…y también como en la Bici, finalmente te das cuenta que la respuesta final no te la va a dar tu mente, por que ya te la dio tu corazón. Entonces sonreís, y seguís.
La convivencia es una de las experiencias mas intensas que tuve en mi vida. Al principio estaba muy emocionada, comprando los muebles, eligiendo juntos cada detalle para nuestra casita. Sin duda es una etapa que fortalece a la pareja…aprendes a ajustarte el cinturón para poder proyectar un futuro con otra persona. Wow. Después viene el aprender cosas tuyas y sobre todo de la otra persona que no sabías que tenia. Muchos de esos aprendizajes son pavadas, pero pavadas con las que tenes que vivir el resto de tu vida…y que las vas a tener que llevar con la razón.

Etapa 4: El Maratón.
Sin duda la parte mas difícil, donde te queda el mínimo de emoción, la emoción que vas a necesitar para los últimos 5 kilómetros, entonces corres primero con lo poco que te queda de cuerpo y después usas la mente, la mente que tenes controlada, y sabes que tenes que tenerla así para terminar, porque sabes que sin tu mente, tu cuerpo no aguanta y sabes que te faltan muchos tropezones y que vas a necesitar mucho apoyo.
Y empieza la rutina… ojo! En esta parte no quiero decir que no sienta emoción…por el contrario, cada día estoy mas enamorada. Aca me refiero un poco mas a la convivencia, a que un hombre y una mujer vivan juntos. Y si, en esta parte si pienso que es importante vivir con emoción, pero que hay que ser muy racional...sabes que hay cosas que no estas dispuesta a soportar con la emoción, que reventarías..entonces elegís la razón, para aceptar y entender de que él no sos vos, y que van a haber roces por los cuales antes de vivir juntos jamás pensaste que discutirías…pero que decidís discutir…para darle un aire a la relación…como los terremotos, es bueno que haya un temblor de vez en cuando para que la tierra vaya liberando energía y no te agarre un terremoto fuerte de una vez.

Etapa 5: El veredicto
Practicar un deporte hace que, como las relaciones, tus emociones estén expuestas, y hace que tu mente se discipline y que sufras y te vuelvas a levantar para demostrar que, una vez más y a pesar de todo, es lo que queres para el resto de tu vida.
Terminarás de forma exitosa? Quien sabe…pero ahí vamos. Racionales y emocionales. Hasta el final.