Hace algunos meses me llamo mi mamá de Buenos Aires para
confirmar sus fechas de visita, venia del 2 al 18 de mayo …en la emoción por la
noticia, le di el ok y saco sus pasajes. Después de eso, se me rompió el corazón
al ver la cara de decepción de Juan: “Pero el 18 es el IRONMAN de Texas, no vas
a venir?”, y desde entonces, cada vez que tenía oportunidad sacaba el tema a la
luz pinchándome un poquito: “Fíjate si podes hacer algo”, “tus papas no pueden
cambiar el pasaje?” “Y si le decís a tu mama que venga contigo?”, “Es
importante que vengas”, etc, etc, etc. Cuando
no pude soportar más pinchazos, reaccioné, no podía faltar en un momento tan
importante para él, para lo que trabajó (trabajamos?) durante 6 meses…por eso saque
el pasaje a Texas para viajar el mismo 18 de Mayo, pero a él nunca se lo dije.
Los días previos al IRONMAN fueron muy duros, para Juan,
para mí y para la relación. Nos enfriamos, nos alejamos, el con sus cosas, yo
con las mías…raro. A todo esto le sumo los nervios que yo tenía por qué sabía
que iba a ir a verlo de sorpresa: Le gustará la sorpresa? Voy a llegar para el
momento de la Bici…y si cuando me ve se cae de la bici? Y si hago que frene
mucho y se enoja conmigo? Uff, un estrés. Me hice una remera para apoyarlo (FAN
NUM.1)
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Yo con mi remera de FAN |
Juan viajo a Texas el 14 de mayo, en esos días que estuvimos
separados yo le preguntaba por el clima, la ropa, sus horarios, teléfonos, etc.
Quería saber todo! Hablamos de que aunque yo no iba a estar físicamente, mi
mente y alma iban a estar con él, acompañándolo…le dije que habíamos comprado
Jugo y medialunas con mi mama para verlo temprano en vivo por internet, le encantó
la idea!
La noche del 17 de Mayo no dormí nada, a las 6 cuando sonó
el despertador, estaba casi en la puerta de mi casa esperando a que el taxi me
pasara a buscar para ir al aeropuerto….twitteando, chateando, tratando de
hablar con cualquiera que este despierto…ya no podía esconder mis nervios y mi
felicidad, y lo bueno era que Juan ya estaba por empezar su competencia, por lo
que sin su teléfono a mano, no había forma de que se enterara de esto. Llegue
al aeropuerto 3.30 horas antes de que salga mi vuelo, fueron las horas más
largas de mi vida, trataba de ver en vivo la transmisión pero en el aeropuerto
no había buena señal, camine por todos lados haciendo la parabólica para buscar
un poco de mejor señal…no hubo caso. Una vez que me subí al avión, me puse a hablar con el señor que se sentó al lado mío,
le conté todo…una mujer de atrás escucho y se sumó a la conversación. Mis
nervios estaban a punto de hacer
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Yo vestida de FAN en el avión |
que colapse…no podía parar de hablar. El vuelo
llego 25 minutos antes de lo estimado…y yo había tomado la decisión de
sorprenderlo en la corrida y no en la bici (por las razones que explico arriba)…por
lo que me tomé una camioneta que iba a pasar por dos terminales a buscar otra
gente y nos iba a llevar a The Woodlands, sede del evento. El chofer me dijo
que íbamos a llegar en aproximadamente 25 minutos, que si no había problema en
parar a cargar gas, y yo, como no quería llegar a la bici le dije que no, que
no tenía ningún apuro. Una hora y media después, estaba al borde del ataque de
nervios. Me puse a charlar con unos mexicanos que se subieron a la camioneta y
en un momento me dicen: “Mirá, ahí hay unos corredores” y pasaron 5 corredores
entre los arboles…uno de ellos: Juan. Me empezó a temblar el cuerpo,
desesperadamente le pedí al chofer de la camioneta que frene el auto, que yo me
bajaba ahí…obviamente no me bajo, debíamos llegar a un estacionamiento o lugar
seguro para parar el auto. Me empezó a dar claustrofobia, la camioneta dio la
vuelta y freno. Me baje corriendo y pregunte a la gente donde podía ver a los
corredores pasar la mayor cantidad de veces, me lo indicaron y ahí fui. Al fin
llegué.
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Quemadura. |
Me instalé en un lugar donde había un grupo de gente muy
buena onda, todos dándole animo a todos, súper contentos y en un ambiente
familiar muy alegre y sano. Yo pálida…había guardado el secreto por meses y ya
estaba ahí…me doy vuelta para dejar mi mochila en el piso y ahí estaba del otro
lado del lago. Grité, no me salió la voz, me empezó a temblar el cuerpo, sentí que
me bajaba la presión, Juan estaba pasando: era el momento de gritar!! Trate de
relajarme y me salió la voz…Juan miro para donde yo estaba durante un segundo y
retomo su corrida, yo no entendía por qué no había frenado…le volví a gritar, volvió
a mirar y frenó, empezó a preguntarme cosas desde el otro lado del lago: Que
haces aquí? Como llegaste? Que haces aquí? Estas aquí? Que haces? Cuando
viniste? Que haces aquí? No daba crédito a lo que veía...a mí no me salían las
palabras, estaba débil, mucha emoción. Le dije que siguiera corriendo, y ahora
me tocaba esperar 20 minutos para que pase por donde yo estaba, jamás había estado
tan nerviosa en toda mi vida. Lo vi venir, yo no podía acercarme a él porque
mis piernas no respondían, me quede quieta mientras el corría hacia donde yo
estaba…sentía que si perdía concentración en la fuerza que yo hacía por mantenerme
parada me iba a desmayar….al fin llego, me dio el segundo mejor beso del mundo,
me abrazo y me morí de amor. La gente de nuestro alrededor empezó a gritar, nos
emocionamos mucho; se me calmaron los nervios y me volvió el alma al cuerpo.
Él
tenía que seguir su trayecto, pero como me hacía preguntas empecé a correr con él
y le explique…el me conto que venía bien mal, que en la transición de la Bici a
la Corrida se había quemado los pies con el asfalto y los sentía muy mal y que
la primera vez que volteo a verme pensó que estaba alucinando, que no podía ser
que me esté viendo si yo no había ido a Texas, me dio miedo, pero le dije que
no parara…que todo el esfuerzo que había hecho durante los últimos meses tenía
que demostrarlo ahí mismo, que era el día en el que tenía que dejar todo, el
día en el que se iba a reflejar toda esa pasión. Siguió corriendo, le grité
todas las veces que paso, el me abrazo todas las veces que paso…hasta que la última
me dice: “En 5 minutos llego a la final”, otra vez nervios. Fui corriendo a la
final, prepare la cámara, y lo esperé, en primera fila, al lado de la meta. Lo volví
a ver, corrió hacia donde yo estaba y me dio el mejor beso del mundo, nos
emocionamos y lloramos. Una vez que paso la meta me fue a abrazar y fue el
mejor momento, el mejor abrazo que recibí, el mejor sentimiento, morimos de
amor.
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Juan en la meta. |
Yo estaba feliz por la decisión que había tomado de no perderme ese
momento, que importante es ir a verlo competir para entender todo lo que hace, él
estaba feliz porque estaba ahí para él. WOW.